11 tiroteos han ocurrido en la ciudad de Little Rock, la más grande de Arkansas, como parte de la violencia armada en Estados Unidos es un problema creciente.
La policía estatal de Arkansas informó que abrió diversas investigaciones para esclarecer la ola de tiroteos que se desató en esta urbe del Midwest de Estados Unidos en las últimas 26 horas.
En ese periodo de tiempo, las autoridades registraron 11 tiroteos, que conjuntamente provocaron tres muertos y tres lesionados, en momentos en que el Gobierno de Joe Biden intenta acabar con las balaceras que suceden en prácticamente cualquier lugar: frente al Capitolio, en los supermercados, en los colegios, en las oficinas, en los hogares…
Desde el 1 de enero al 14 de agosto de 2022 se han registrado 416 tiroteos masivos en el territorio estadounidense, según datos de la organización Gun Violence Archive.
Un mapa de esta plataforma muestra que la mayoría de las balaceras han ocurrido en la zona este de Estados Unidos, principalmente en los estados de Florida, Georgia, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Alabama, Misispi, Tennessee, Kentucky y Nueva York.
Tan sólo en 2020, las muertes a causa de un arma de fuego en Estados Unidos ascendieron a 19.411, es decir, 30% más que cinco años antes, en 2015, de acuerdo con un estudio elaborado, también, por Gun Violence Archive.
También llama la atención que, en 2014, sucedieron 269 tiroteos masivos, lo cual indica que este año podría romperse un récord de balaceras, ya que en ocho meses se han identificado 416.
El 27 de julio, se dio a conocer en la Cámara de Representantes de Estados Unidos un informe sobre cuánto ganan algunas de las firmas armamentistas más grandes de ese país. La cantidad es apabullante: 1.700 millones de dólares en la última década. Prácticamente lo mismo que envió Washington a Ucrania en apoyo militar, humanitario y financiero.
La legisladora demócrata Carolyn Maloney acusó a compañías como Ruger, Sturm & Co, Daniel Defense, Smith & Wesson, Bushmaster y Sig Sauer de realizar prácticas de publicidad «perturbadoras, explotadoras e imprudentes», con «tácticas de marketing agresivas», cuya principal audiencia son hombres jóvenes. También aseguró que, en varios casos, los anuncios incluyen frases bíblicas o símbolos de referencia al supremacismo blanco.
«La industria ha inundado nuestros barrios, nuestras escuelas, incluso nuestras iglesias y sinagogas con estas armas mortales, y se ha enriquecido haciéndolo […]. Con más de 300 tiroteos en lo que va de este año, y la violencia armada como principal causa de muerte de niños en Estados Unidos, es claro que estamos en una epidemia de salud pública», criticó Maloney.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha reconocido que la violencia armada es uno de los principales problemas que enfrenta su país, y se ha referido al lobby armamentista de forma crítica.