Para Analys Martínez una amarga experiencia puso fin a un año y seis meses viviendo en Ecuador, pues, hace tres semanas intentaron secuestrar a su hija mientras daban un paseo por Quito.
“Me golpearon e intentaron llevársela, en Ecuador el secuestro de niños para el tráfico de órganos es muy recurrente y ante el miedo de que la próxima vez no pudiera evitar que se llevaran a mi niña, decidí dirigirme a la embajada y pedir la ayuda para regresar”, comentó Analys Martínez en entrevista telefónica para la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
La venezolana comenta que antes del alarmante suceso ya preveía volver a su natal Venezuela, pues aunque muchas personas supieron valorar su trabajo y su esfuerzo durante su estancia en Ecuador, tristes experiencias le hicieron añorar el calor venezolano.
“Al comienzo fui víctima de discriminación y xenofobia, en las tiendas y en los restauranes llegué a ver carteles de ‘no se aceptan venezolanos’ y cuando te acercabas a preguntar te decían en tu cara ‘si eres venezolana no puedes entrar’”, relató Analys.
Si bien la situación social era opresiva, ésto no la hizo desistir. Fue a Ecuador a expandir sus conocimientos en cocina, pues estudió gastronomía y esperaba conocer otras variedades gastronómicas en la nación suramericana. Sin embargo, pronto las condiciones laborales también la afectaron.
Los ecuatorianos recibían un salario base mayor al de los venezolanos por realizar las mismas labores, además tenían otros beneficios como bonos y seguro social, con los que Analys no podía contar.
“Solicité sacar mi seguro social al margen de la empresa, pagándolo yo misma y me negaron la solicitud por ser venezolana”,señaló.
Analys vivió su embarazo en Ecuador, donde las diferencias en el sistema de salud con el de la Patria de Bolívar también llegaron a sorprenderla.
“Ahí es muy difícil recibir atención médica, a pesar de tener todos mis papeles en orden, siempre el oriundo de Venezuela tenía que esperar un poco más, cuando pedías cita te la daban al mes de realizar la solicitud”, a pesar de ello, la solidaridad venezolana se hizo presente pues contó “con el apoyo y la atención de una doctora venezolana, fue un alivio contar con su ayuda”.
La niña nació con buen peso y la atención que le proporcionaron estuvo a la altura, contó, sin embargo a ella le pusieron mal la inyección epidural, situación que le dejó problemas en la columna y a pesar de haber asistido en varias ocasiones a atenderse la dolencia en la clínica donde dio a luz “me decían que ellos no se hacían responsables de eso”.
De su experiencia en Quito, Analys rescata lazos de amistad que logró forjar con algunas personas en la ciudad, “como hay gente mala y discriminadora, también hay gente buena”, defendió.
Redacción Lechuguinos