Conozca el turbulento pasado de la autoexiliada periodista Patricia Poleo, vinculada con el representante del Cartel de Medellín.
Odiado por muchos y amado por otros, Larry Salvador Tovar Acuña, el representante del cartel de Medellín en Venezuela cuenta en sus relaciones interpersonales con Patricia Poleo, un nombre que podrían sorprender.
Tovar Acuña, en 1988, fue condenado a 13 años de prisión por participar como testaferro de un cartel colombiano de la droga y por su colaboración en el traslado de cocaína desde Venezuela hacia Estados Unidos.
Durante su largo tiempo de reclusión fue testigo de muchas historias, unas más trascendentales que otras. Pero hay una especial que lo vincula a la periodista autoexiliada Patricia Poleo y a Gastón Rodríguez.
Gastón Alfredo Rodríguez Delgado estuvo preso en el proceso que se acumuló al expediente de Larry Tovar, de marzo de 1989.
De hecho, Larry Tovar no conocía a Gastón Rodríguez, se conocieron durante la reclusión en la cárcel, allí fue donde igualmente el primero conoció a Patricia.
Durante ese tiempo a la periodista le pareció interesante escribir un libro sobre Larry Tovar, debido a que ella sabía que cualquier reportaje con aquel nombre se vendería como pan caliente, y decidió escribir un libro, así que entrevistó a Larry en varias oportunidades. Sin embargo, el libro nunca se publicó ya que no pudieron llegar a un acuerdo.
¿Por qué anulan el indulto otorgado a Larry Tovar?
“El Indulto me fue otorgado el 21 de octubre de 1993, sin embargo en lugar de salir libre, como es la normativa, ese mismo día, mientras hicieron chequeo, revisiones y trámites, salí libre el martes 26 octubre de 1993 a las 5:50 pm. El 27 de octubre de 1993 Patricia Poleo Brito fue a visitar a su amado, Gastón Alfredo Rodríguez Delgado, a la Cárcel de El Junquito. Al llegar Gastón se puso a insultarla diciéndole que era una inútil, que no servía para nada, que ella siendo gran amiga de Ramón J. Velásquez y de su hijo Gustavo Velásquez (Jefe de la Consultaría Jurídica de Miraflores en ese momento) no había podido conseguirle a él un indulto, y que yo que era un pobre pendejo sí había podido, en eso le lanzó un golpe a Patricia tan fuerte que la tiró al suelo, allí intervinieron otros internos a separarlos y a recoger a Patricia Poleo del suelo. Patricia, dolida, le pidió el teléfono celular prestado a un interno llamado Francisco José Sabache Maldonado, alias Paco, C.I. 5.532.533, el número de celular era 016-630-7090 y de allí llamó al presidente Ramón J. Velásquez y le dijo que debía quitarme el Indulto o de lo contrario lo destruiría por medio de la prensa. Y así fue que llamó a todos sus colegas periodistas e hizo una campaña tan fuerte que Ramón J. Velásquez se vio obligado a cancelar el Indulto el día 30 de octubre de 1993 (aunque la Gaceta salió publicada con fecha de 29 de octubre de 1993)”, cita el blog de Larry Tovar.
Posteriormente, Patricia Poleo movió todo su tren de contactos para sacar en libertad a Gastón Rodríguez.
Lo que se dijo del indulto de Tovar
En la prensa de 1993 no salió reseñado que Poleo había quedado marcada por el piso de la Cárcel de El Junquito. Las reseñas se centraron en el indulto de Tovar, quien ni siquiera había sido sentenciado por los delitos que en ese momento se le atribuían.
Eso generó un escándalo político que desestabilizó la presidencia interina del historiador Ramón José Velásquez.
El mandatario reconoció haber firmado la gracia, pero descargó la responsabilidad de aquel episodio sobre su secretaria, María Auxiliadora Jara.
Tovar Acuña salió en libertad a pesar de que la boleta de excarcelación, que fue remitida por fax a la citada instalación penitenciaria, contenía un número de cédula de identidad que no era el de la suya.
En la página 119 del Libro “Los Barones de la Droga”, de Gustavo Azócar Alcalá, se evidencia otra parte de la historia.
“El doctor Fermín Mármol León, ministro de justicia, y sobre quien recayera gran parte de las acusaciones que hicieron aquellas personas que no quisieron tragarse la versión que acusaba única y exclusivamente a María Auxiliadora de Tarazona, se excusó ante la opinión pública aduciendo que todo había obedecido a una terrible confusión y que la culpa de todo el problema la tenía la secretaria privada de la Presidencia, a quien calificó de ser una especie de ‘superministro’, una funcionaria audaz y todopoderosa que todo lo hacía y que todo lo podía. León excusó de toda culpa a su colaborador, comisario Guillermo Rosquete, de quien dijo era un ‘hombre honesto’ que nada tenía que ver con el caso. Guillermo Rosquete, director general sectorial de defensa y protección social del ministerio de justicia sostuvo que, en efecto, él había dado la orden por radio de que soltaran a Larry Tovar Acuña. Indicó haber recibido órdenes de parte del ministro y señaló que habían cumplido algunos trámites formales porque él estaba programado para recibir órdenes y cumplirlas al pie de la letra, sin ningún tupo de discusión”.
Esta historia complementa lo que algunos expresaron para aquel entonces, que lo de Larry Tovar era “un guiso” que se llevaba a cabo entre las rejas y las mesas ostentosas de los ministerios de la época. La pieza que faltaba era la de Poleo, que le daba sentido a la rectificación del presidente Velásquez, quien entre amenazas, escándalos y secretos evitó dejar sus intereses al descubierto.
La historia continúa
Mucho ha especulado la prensa en torno a la relación de Larry Tovar Acuña, Patricia Poleo y Gastón Ramírez. Lo cierto que es que Ramírez y Poleo vivieron “amores tras las rejas” y tuvieron una hija, aunque también se dijo que ésta era de Larry Tovar.
Lo que sí es conocido abiertamente en Venezuela es que este caso de paternidad responde a una confusión entre Tovar y Ramírez, expareja de Poleo, quien fue asesinado en dudosas circunstancias. La confusión responde a la cercanía entre Tovar y Ramírez en el mundo de los “narconegocios”.
Asuntos pendientes
Gastón Ramírez fue asesinado en su residencia en la Isla de Margarita. Fue un caso que muchos conocedores podrían llamar “curioso”. Gastón Alfredo Rodríguez Delgado, de 54 años de edad, fue asesinado dentro de su vivienda en el sector Apostaderos de Pampatar.
Con un total de 18 puñaladas le quitaron la vida al exesposo de la periodista Patricia Poleo. Rodríguez se dedicaba al negocio de bienes raíces.
De una fuente no autorizada para declarar, trascendió que varios sujetos ingresaron a la residencia de Rodríguez, amordazaron y maniataron al conserje y le propinaron las puñaladas a la víctima.
Según el examen forense, el cuerpo presentó 18 heridas punzo penetrantes en pecho, abdomen y espalda.
La única que podrá atar los cabos sueltos de esta historia, plagada de presunciones, es Patricia Poleo.
Redacción Lechuguinos