El medio estadounidense le ha quitado importancia al hecho que la provincia siria de Idlib siga bajo el control de los afiliados al grupo de terroristas, Al Qaeda.
Denominándolos “rebeldes”, The New York Times se le ocurre presentar a un grupo reconocido como terroristas por el Departamento de Estado simplemente como “autoridad gubernamental de facto” y gerentes del territorio que solo “facilitan el comercio a lo largo de la frontera de Siria con Turquía y organizan el suministro de ayuda”.
Para enterarse de que Hayat Tahrir al Sham (HTS) es una formación considerada como terrorista en EE.UU. y la Unión Europea, es necesario leer unos 20 párrafos.
El hecho de que Hayat Tahrir al Sham es otro nombre del grupo terrorista Frente Al Nusra ni se menciona, aunque el propio Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó que «en enero de 2017 el Frente Al Nusra inició la creación de HTS como un vehículo para consolidar sus posiciones en el levantamiento sirio y avanzar en sus objetivos como un afiliado de Al Qaeda».
The New York Times tampoco menciona los reportes del Ministerio de Defensa ruso, que afirma que esta formación extremista ha recibido ocho tanques con cloro para perpetrar un ataque químico y atribuirle la autoría al Gobierno de Bashar Al Assad.
En el lenguaje utilizado por el periódico en relación al grupo terrorista predominan las palabras «rebeldes», «combatientes», «combatientes rebeldes», «fuerzas rebeldes», «la facción rebelde más fuerte de Siria» o incluso «extranjeros que se han mudado a Siria para ayudar a derrocar al Gobierno».
Sin embargo, la realidad es que son afiliados de Al Qaeda y son considerados terroristas en Estados Unidos, la Unión Europea y hasta en Turquía, que poco antes «trabajó» con HTS «pese a su afiliación a Al Qaeda, ya que ambas partes compartían el deseo de deponer al señor Assad».
Un «combatiente» checheno con el que habló The New York Times confesó abiertamente que la sangre de sus camaradas «está hirviendo» y que llegaron «para la yihad, no para acordar treguas y arrodillarse ante los turcos».
Pero no por ello el periódico se acuerda de las palabras del ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, que la semana pasada llamó a los «rebeldes» de Idlib «un absceso putrefacto», sino para hacer saltar las alarmas sobre los ejercicios navales de Rusia en el Mediterráneo con participación de 26 buques de guerra y de apoyo, así como más de 30 aviones, entre ellos bombarderos estratégicos.
Sin embargo, los esfuerzos de Lavrov para negociar la creación de un corredor humanitario para evacuar a los civiles de Idlib no se mencionan.
Redacción Lechuguinos