México denuncia la injerencia de la OEA en asuntos internos de los países latinoamericanos y propone sustituir su directiva, o su disolución.
“Seguramente será algo que en las próximas semanas México encabezará y convocará a las cancillerías para empezar a conversar y dar la ruta de refundación, de transformación o de creación de otro organismo”, dijo el jueves el subsecretario mexicano de Relaciones Exteriores para América Latina, Maximiliano Reyes Zúñiga, en una entrevista con la cadena de televisión Bolivia TV, en una clara postura que apunta a la disolución del fracasado organismo.
El diplomático mexicano tachó de “nefasto, desastroso, vergonzoso” e injerencista el papel que desempeñó la Organización de Estados Americanos (OEA) en el golpe de Estado de noviembre de 2019 contra el Gobierno electo del entonces presidente Evo Morales.
Dijo que la necesidad de repensar el papel de la OEA surgió a partir de la intromisión de Luis Almagro, como el secretario general del organismo regional, en las elecciones bolivianas de 2019 que dio paso al golpe de Estado encabezado por Jeanine Áñez.
Hay ambiente propicio para la transformación, que puede ser una especie de refundación del organismo o la disolución del mismo y la creación de uno nuevo”, agregó Reyes, diciendo que hay un consenso entre los países latinoamericanos al respecto.
De acuerdo con el diplomático, muchos países de la zona denuncian la injerencia de la OEA en sus asuntos internos y sus esfuerzos sistemáticos para provocar una división entre los Estados latinoamericanos.
Censuró que la OEA nunca ha salido a la defensa de las naciones latinoamericanas, ni ha ayudado a conseguir una sola vacuna en tiempos de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
La idea de relegar a la OEA la planteó también recientemente el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien pidió la sustitución del organismo regional por otro que no sea “lacayo de nadie”, algo parecido a la Unión Europea (UE).
La organización internacional panamericanista con sede en Washington, un ente que carga con el peso histórico de estar bajo el control de EE.UU., es acusada de estar detrás del golpe de Estado en Bolivia, propiciar una intervención militar en Venezuela y apoyar intentos de aislamiento de Cuba, entre otros cargos.