El gobierno de Peña Nieto se asegura de dejar México con una de las tasas más altas de homicidios del mundo, y lo está logrando.
México se tiñe de sangre con el paso de los días, y el más reciente episodio ha sido el asesinato de seis policías en Amozoc, zona rural de Puebla, al centro de México.
Según reseña TeleSUR, esta zona está azotada por bandas del crimen organizado que se dedican al narcotráfico, robo de combustibles y secuestros, añadieron las autoridades.
De acuerdo con las autoridades, estos se encontraban atendiendo una falsa alarma en el sector, los funcionarios fueron ultimados; sus cuerpos arrojados en el monte y sus armas de reglamento fueron sustraídas.
En el lugar fue hallado un camión cisterna cargado con gas «presuntamente robado y una toma ilegal» de combustible, según reportes.
El alcalde de Amozoc, Jesús Cruz Sánchez, informó que los policías “regresaban cuando en el camino observan una camioneta y, por los protocolos de revisión, la revisan y desafortunadamente es allí donde pierden la vida«.
En las investigaciones que se llevan a cabo, ya han capturado dos sospechosos armados y en espera de obtener mayor información del suceso.
Este caso enciende las alarmas de las autoridades locales mexicanas, pero sin tener atención de organismos de defensa de Derechos Humanos internacionales como la ONU y la OEA, pues su atención está puesta en cómo derrocar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
Redacción Lechuguinos