Luiz Inácio Lula da Silva denuncia las políticas y decisiones de Bolsonaro, y enfatiza que fue víctima de una “mentira jurídica”.
“Sé que fui víctima de la mayor mentira jurídica en 500 años”, ha resaltado el exmandatario brasileño (2003-2010) en su primer pronunciamiento después de que un juez del Tribunal Federal de Brasil anuló las condenas contra Lula —condenado a 17 años de prisión—, argumentando que hubo un complot entre los fiscales y el juez para inculpar al expresidente de corrupción y lavado de dinero, y que la corte que las dictaminó no era competente.
En declaraciones a la prensa desde el Sindicato Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, a las afueras de Sao Paulo, Lula ha criticado al juez Sergio Moro, a los fiscales y a los medios de comunicación; sin embargo, ha agregado, aunque no hay un brasileño con más motivos para guardar rencor que él, no siente odio, ni resentimiento.
“Sinceramente, no lo tengo porque el sufrimiento que el pueblo brasileño está pasando, el sufrimiento que los pobres están pasando en este país es infinitamente mayor que cualquier delito que cometieron contra mí”, ha asegurado.
En otra parte de su alocución, Lula ha criticado las políticas del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, quien está demostrando que solo con mentiras no se puede gobernar un país.
“Este Gobierno no cuida de la economía, del empleo, del salario mínimo, de la salud, del medio ambiente, de la educación, de los jóvenes, de los chavales de la periferia… o sea, ¿de qué cuidan? ¿Hace cuánto no les oís hablar de inversiones, de generación de empleo, de distribución de renta?”, ha cuestionado.
En este mismo contexto, el exmandatario ha criticado las medidas de Bolsonaro para controlar el brote del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y ha pedido a los brasileños “no seguir ninguna decisión imbécil” del actual presidente, un escéptico de las vacunas.