La oposición está decidida a buscar elecciones anticipadas para acelerar la salida del presidente cuéstele lo que le cueste.
La oposición recurrirá a acciones de calle y presión internacional como ya es costumbre en su historial para ejercer presión sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE). El organismo estableció un plazo desde el 26 hasta el 28 de octubre, para recolectar las firmas del 20% de los electores que se requieren para activar el referendo y la derecha no está conforme.
Y aunque algunas pequeñas organizaciones han alzado sus voces, al margen de la alianza, con llamamientos a no acatar las condiciones del CNE y a recurrir a las protestas para presionar la salida del gobierno de Nicolás Maduro la mayoría de los dirigentes antisociales que hacen vida en la bancada opositora y dirección de la MUD siguen insistiendo en tomar las calles e incitar a la violencia a costa de la tranquilidad y estabilidad de nuestro país, sin pensar que aunque Maduro fuera revocado después de cumplirse la mitad de su mandato de seis años, en enero de 2017, la ley establece que sea reemplazado por el vicepresidente de turno en lugar de adelantar las elecciones, lo cual estropearía sus macabros planes pues llegar al poder y destruir el país es lo único que le importa a estos malévolos seres.
No es un secreto para nadie que por las mismas contrariedades que han tenido al momento de actuar y expresarse de los líderes opositores, la que ahora debemos llamar Mesa de la DESunidad se ha seguido fracturando cada día más pues el hambre de poder a nivel individual ha ido rompiendo los pocos lazos que han medianamente soportado la presión. Entonces, ¿debemos preguntarnos si la coalición opositora podrá mantenerse cohesionada?, ¿es justo que estos sátrapas traidores a la patria quieran y lleguen a gobernar un país donde desde hace 17 años prevalece la unión y la igualdad pero que estos pretenden romper con su clasismo yankee? ¡Es momento de reflexionar seriamente!
Redacción Lechuguinos.