A punta de mentiras Julio Borges intenta convencer a sus seguidores de que la Carta democrática es buena para el país
Hace unas semanas el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, abogó por suspender a Venezuela del organismo si no realiza elecciones generales completas y libera a los asesinos que están pagando sus condenas además de estar todo supervisado por observadores internacionales, lo cual busca entrometerse en los asuntos políticos de Venezuela.
Por esta razón varios personajes opositores tarifados han manifestado su agrado en contra de la aplicación de dicha carta, uno de estos es el presidente del que ahora dirige las sesiones nulas de la Asamblea Nacional en desacato Julio Borges, el cual ha dejado muy claro en su eterna campaña vende patria de no solo seguir insistiendo en lo que es la discusión de la aplicación de la Carta Democrática Interamericana entregando su patria al imperio y a la derecha mundial pues al parecer este es el único fin de la oligarquía venezolana.
De esta manera Borges ha reiterado en varias ocasiones que la Carta Democrática Interamericana es una ley meramente venezolana cuando no hay que conocer mucho a nivel constitucional para saber que este es un estatuto de nivel internacional del cual la derecha tanto venezolana como mundial se está aprovechando para cumplir sus objetivos en pro del fascismo e injerencismo, basándose en el precepto de que en caso de ser menester una legalidad internacional sea tomada como propia, sin embargo, sabemos exactamente que este no es el caso de Venezuela aun cuando estos busquen hacer creer todo lo contrario ante el mundo.
Cabe destacar que el secretario general de la OEA debería buscar soluciones políticas a las crisis que vive no solo nuestro país gracias a la derecha venezolana que tanto defiende sino también a otros gobiernos que dicen ser “democráticos” y no son más que títeres del imperio en vez de enfrentar a los gobiernos verdaderamente democráticos como el de Venezuela.
Redacción Lechuguinos
