La inflación en Estados Unidos durante el mes de marzo alcanzó el máximo histórico de 8,5 %, la más elevada desde el año 1981.
De acuerdo con datos publicados por la oficina de estadísticas laborales de Estados Unidos los precios de consumo energético subieron en 11 % en comparación con el mismo período el mes anterior.
Los precios de los alimentos subieron un 8,8 % en un año, especialmente los relativos a compras en el supermercado, que aumentaron un 10 %, mientras que los de la comida en restaurantes se incrementaron en un 6,9 %.
Por otra parte, de acuerdo con los datos replicados por la prensa internacional, el precio de la vivienda, uno de los que más peso tiene en el cálculo de la inflación subyacente, subió un 5 % en un año, y su incremento mensual fue del 0,5 %.
La administración de Joe Biden ha intentado achacar la responsabilidad de esta situación económica a la operación militar que inició Rusia en Ucrania y la ha llamado, descaradamente, “la subida de precios de Putin”.