Exempleados de Santiago Uribe, hermano del paraco Álvaro Uribe, declararon ante una fiscalía que una propiedad de la familia era utilizada en la década de los noventas como base de operaciones del grupo paramilitar conocido como Los 12 Apóstoles.
Cabe señalar que en la época en la que sucedieron los hechos Álvaro Uribe era senador (1986-1994) y gobernador del departamento de Antioquia (1995-1997).
Uno de los testigos claves afirma que, desde mediados de los noventa Uribe fue jefe de Los 12 Apóstoles, así llamados porque uno de sus miembros era sacerdote, y de haber estado en una reunión del ganadero con este grupo en la finca La Carolina.
“Se puede dar como un hecho cierto y probado que el señor Santiago Uribe Vélez ejercía la dirección y coordinación del grupo Los 12 Apóstoles”, dijo la vicefiscal María Paulina Riveros al inicio del proceso en octubre de 2017.
Los tres ex trabajadores de Uribe informaron que, esta propiedad era una hacienda ganadera y que tiene como nombre La Carolina, la cual está ubicada en el municipio de Santa Rosa de Osos (a unos 80 kilómetros al norte de Medellín).
Los testimonios, recabados el pasado 31 de mayo, confirman los vínculos de Santiago Uribe, procesado por haber constituido supuestamente esa organización, con el jefe de sicarios de la banda, Jorge Alberto Osorio Rojas, alias El Mono de los Llanos y Rodrigo.
Cabe señalar que este lleva dos décadas respondiendo ante la justicia, todo tipo de lazos con los paramilitares.
En estos momentos se encuentra a la espera de la próxima vista del proceso, que puede reanudarse a finales de julio.
Esto demuestra que todos en esa familia son unas joyitas que se vinculan con El Mono, hoy en busca y captura.
Una vez más queda claro que el Gobierno de Colombia está lleno de puras plagas y para muestra un botón, en estos momentos Uribe es ahora senador y apoya la candidatura de Iván Duque, que el domingo se disputa la presidencia con el izquierdista Gustavo Petro.
Siempre se mantuvo en la primera línea de la política, liderando la oposición a los acuerdos de paz con las FARC alcanzados por el actual mandatario, Juan Manuel Santos, y alentando la indignación de parte de la sociedad colombiana ante la desmovilización de la antigua guerrilla y el sistema de reparación a las víctimas. Sus adversarios sostienen que su negativa a retirarse responde a sus temores de perder influencia y enfrentarse a la justicia como un ciudadano más.
Redacción Lechuguinos