Desde niños, los hijos de supremacistas estadounidenses, los enseñan a disparar armas de guerra. Esta semana una niña de 9 años que aprendía a utilizar una ametralladora Uzi le disparó accidentalmente a su instructor de armas. No sobrevivió.
No todos los estadounidenses crecen sabiendo disparar un arma, pero los que sí lo hacen, en general comienzan jóvenes.
Cuando tenía cinco años, Dan Baum comenzó a disparar armas de fuego.
Baum es el autor de «Gun Guys: A Road Trip» y recorrió el país aprendiendo sobre la cultura de las armas de Estados Unidos.
Cree que las academias de tiro pueden enseñarles a los niños valiosas lecciones sobre respeto y disciplina.
«Puede ser muy bueno para los niños», dice. «Lo que le dices es: ‘Este es un dispositivo extremadamente peligroso, que estoy poniendo en tus manos y confío en que lo utilices correctamente'».
Un 31% de los hogares estadounidenses tenían en 2012 al menos un hijo y una pistola en el hogar, según el Centro de Ley para la Prevención de la Violencia Armada.
Para muchos padres, ser propietario de un arma también significa enseñarles a los niños a respetarlas y dispararlas desde que son pequeños.
Cumpleaños con pistolas
La participación de los niños está tan arraigada en la cultura de las armas estadounidense que en algunas zonas las escuelas cierran durante el primer día de la temporada de caza del ciervo.
Y hay una empresa que vende específicamente armas para niños. My First Rifle (Mi primer rifle) de Cricket tiene menos poder de fuego que muchas versiones para adultos y está diseñado para adaptarse a manos pequeñas.
Baum enseñó a su hija a disparar cuando tenía 10 años.
«Los niños son inteligentes», dice. «En primer lugar, van a encontrar cualquier cosa que trates de esconder. Y en segundo lugar, pueden aprender las instrucciones. Pueden aprender sobre seguridad».
David Prince y su esposa comenzaron el Gun Range Eagle en Lewisville, Texas, hace dos años. Dan la bienvenida a los niños tan jóvenes como de 8 años y en sus instalaciones se celebran fiestas de cumpleaños.
«Queríamos ofrecer un ambiente seguro y familiar para aprender la seguridad de las armas, porque los niños van a entrar en contacto con ellas», dice Prince.
«Las ven todo el tiempo en los videojuegos. Necesitan saber que las armas de fuego que circulan por ahí son inherentemente peligrosas».
Prince mostró a sus hijos de 5 y 6 años cómo manejar y vaciar una pistola «así terminó el misterio en torno a ella», dice.
Redacción Lechuguinos