A Gabriela Ramírez, ex defensora del Pueblo, parece que se le olvidó lo que antes pregonaba a favor de la Revolución y ahora se le arrastra a la derecha.
Definitivamente hay gente que por un puñado de real, es capaz de vender su dignidad, tal es el caso de Gabriela Ramírez, quien unos años atrás resaltaba la labor del comandante Hugo Chávez y la revolución y ahora se le arrastra a la derecha.
En el video que acompaña esta nota, podemos escuchar a Gabriela Ramírez, en unas declaraciones el 5 de octubre de 2013, donde reconoce la labor que ejecutó el comandante Chávez, durante su gestión, acción en pro del pueblo, que según la misma Ramírez, siguen ejecutando quienes le sucedieron en el poder.
Después de recibir un puñado de dólares, Gabriela Ramirez, saltó la talanquera y comenzó a chuparle las medias a la derecha venezolana, tras varios emses de utilizarla y al evr que perdió toda credibilidad, simplemente como el condón, luego de usarla la desecharon y ahora está en España, viviendo de mengua.
Como se recordará Gabriela Ramírez, ex Defensora del Pueblo, se autoexilió en España, luego que se cuadrara con la oposición, comenzó a recibir una mesada mensual de 5 mil dólares, con lo que se daba la gran vida, ahora Guaidó le dejó de dar la mesada para embolsillarse los reales y la traidora de Ramírez se tuvo que poner a trabajar.
Según su marido, otro ex enchufado, Erick Tovar Acosta, la infeliz de Gabriela Ramírez de lunes a jueves da clases de inglés y de viernes a domingos, trabaja como cocinera en un restaurant de mala muerte en Madrid.
Tras la salida a la palestra del autoproclamado Juan Guaidó, las mesadas para algunos de los tarifados opositores fueron suspendidas y quienes se gozaron los reales y no ahorraron, ahora andan mamando y locos.
Como el caso de Gabriela Ramírez, quien luego de hacerse una platica extorsionando en la Defensoría del Pueblo, se gastó los churupos y por primera vez en su vida se tuvo que poner a trabajar, para mantenerse ella y pagarle los vicios de mujeres y sustancias voladoras, al chulo del marido.
Así le paga el diablo a quien bien le sirve.
Redacción Lechuguinos