Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no tienen mucha capacidad para defender los intereses nacionales del país, según manifiesta un informe.
La Fundación Heritage, principal fábrica de ideas asociada al Partido Republicano de EE.UU., publicó el martes un informe sobre la capacidad de las Fuerzas Armadas estadounidenses, concluyendo que el poder militar de EE.UU. es insignificante para defender sus intereses nacionales.
La nota agrega que a pesar de la disposición de las FF.AA del país norteamericano a proporcionar y satisfacer las necesidades militares y defensa de una guerra regional, pero no tienen el nivel suficiente para lidiar con dos guerras regionales simultáneas.
El informe clasifica la capacidad y la preparación de las diferentes unidades de las FF.AA. estadounidense en varios grupos, a saber, muy débil, débil, muy fuerte, fuerte y medio. Conforme a las clasificaciones de la nota, el Cuerpo de Infantería de Marina de EE.UU. es la única unidad militar del país que es fuerte mientras que el Ejército y la Armada de Estados Unidos tienen un nivel medio, y la Fuerza Aérea es débil.
El informe menciona a China, Rusia, Irán y Corea del Norte como los países poderosos con la capacidad de poner en peligro los intereses de Estados Unidos, considerando a Rusia como “la principal amenaza para los intereses estadounidenses en Europa”, mientras que tacha a China de unos de los mayores amenazas de Washington.
Rusia y EE.UU. mantienen focos de tensión sobre varios temas, sobre todo en el rechazo de Washington a volver al Tratado de Cielos Abiertos, la crisis en Ucrania y el despliegue militar de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), encabezada por Washington, cerca de las fronteras rusas, entre otros.
Por otro lado, la escalada de tensiones ha ido acrecentándose entre Washington y Pekín a medida que la Casa Blanca ha ido cuestionando temas que incluyen el comercio, la ciberseguridad, la tecnología y las disputas territoriales en el mar de la China Meridional, entre otros asuntos.
Ante tal situación, Moscú y Pekín, siendo ambas dos superpotencias militares, han venido defendiendo un mundo multipolar en aras de preservar la estabilidad y la seguridad de todas las naciones. Para lograr este objetivo, los dos países forman un frente sólido ante el Occidente.