A un año de su autoproclamación, Guaidó acumula un sinfín de fracasos que lo han llevado a ganarse el repudio y desprecio de sus seguidores.
El año 2019 comenzó con una arremetida internacional de la derecha hacia Venezuela: consolidar el golpe de estado y legitimarlo a través de mecanismos internacionales era el objetivo. El primer semestre del año se caracterizó por la ilegitimidad, intromisión en asuntos internos, ataques electromagnéticos, terrorismo y vandalismo. Todos eran planes de Guaidó y los gringos, que buscaban la presión social usando la muerte de pacientes en hospitales por falta de energía eléctrica, pero todos han sido unos grandes fracasos.
A inicios de año se notó el incremento del interés de Estados Unidos por Venezuela; como emisario del mensaje golpista se envió al Secretario de Estado Mike Pompeo, entre el 2 y el 3 de enero se dedicó a reunirse con el nuevo mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro y con el presidente colombiano. Lo que básicamente requería Mike Pompeo era tejer alianzas en la región para ejecutar el golpe en contra del Gobierno de Nicolás Maduro.
El Grupo de Lima, conformado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, se reunió el 4 de enero para emitir un comunicado donde se exhortó al presidente Electo Nicolás Maduro, elegido el 20 de Mayo del 2018 con más del 67% de los votos para seguir ejerciendo el gobierno, a transferir el poder a la Asamblea Nacional, ya que las elecciones anteriormente mencionadas no fueron reconocidas por dicho grupo, por ser un evento “fraudulento” al «no contar con garantías electorales, observadores internacionales y la participación de todos los actores políticos venezolanos”.
A esto se le agregó la apreciación del ministro de Relaciones Exteriores de Perú Néstor Popolizio: “se insta a Nicolás Maduro a no asumir la presidencia, que respete las atribuciones de la Asamblea y le transfiera provisionalmente el poder hasta que se realicen nuevas elecciones”.
El 5 de enero del 2019 Juan Guaidó toma la presidencia de la Asamblea Nacional en desacato, en la sucesión de días se siguen creando condiciones para colocarlo como candidato al ejercicio presidencial; así varios medios reseñaban la “ilegitimidad” del Presidente de Venezuela creando el ambiente propicio para legitimar la autoproclamación.
El 23 de enero Juan Guaidó se autoproclama como Presidente Interino de Venezuela, lo que trajo consigo una serie de pronunciamientos internacionales a su favor. Al repasar este corto lapso de días es evidente que su ascenso responde a una jugada imperial que desde principios de año buscó aliados.
Posteriormente, el lunes 28 de enero del 2019 la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) emite sanciones en contra de la empresa que le suministra a Venezuela más del 50% de su PIB , Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA), lo que se planteaba para Venezuela en este año era un escenario de desorden para posicionar ante la comunidad la ineptitud del gobierno bolivariano, sin contar que la sanciones traerían como consecuencia la congelación 7000 millones de activos y la pérdida de 11.000 millones en ingresos por exportaciones durante el próximo año.
La propaganda, el asedio internacional, y el bloqueo generaron expectativas para el resto del año 2019, Juan Guaidó tenía el escenario listo para ser el próximo presidente de Estados Unidos en Venezuela, o por lo menos ser un rival fuerte para el Presidente Constitucional Nicolás Maduro.
La decadencia de esta figura, se puede explicar en 6 fases, donde la corrupción, el robo y la descarada alianza con los Rastrojos hicieron de esto solo una etapa que duró seis meses y que no logró el objetivo final.
Etapa 1: De la promesa a la desilusión
Haciendo alarde de su reconocimiento como Presidente por parte de Colombia, Brasil, Estados Unidos y demás países aliados de la administración de Donald Trump, Juan Guaidó en reiteradas ocasiones promete al pueblo venezolano como presidente encargado de Venezuela, la entrada de ayuda humanitaria a través de las fronteras con Colombia y Brasil.
A pesar de reiterar en diversos momentos que podría hacer llegar las gandolas a Venezuela con comida y artículos personales, lo cierto es que las cajas tenían artefactos de guerra, para reactivar las guarimbas.
Al no lograr el objetivo se hizo uso del aparato mediático para recrear falsos positivos, donde se hacía mención que Nicolás Maduro había quemado un camión de comida mediante la Guardia Nacional, pero nadie mencionó el fracaso de Guaidó ni hicieron ver que simplemente no tenía el poder para hacer pasar las gandolas, lo que causó desilusión en la población; las expectativas se fueron al piso porque Nicolás Maduro siguió siendo presidente.
Etapa 2: Vínculo con Los Rastrojos
El Tribunal Supremo de Justicia el día 29 de enero emitió una orden en contra de Juan Gerardo Guaidó. Medidas cautelares. Entre ellas se encontraba el no poder salir del país. Al acercarse el concierto Aid Live y la entrega de la ayuda humanitaria, él tendría que trasladarse a Colombia; la Medida cautelar se lo impedía, por ende cabe preguntarse, ¿cómo llegó a Colombia?
El vínculo del gobierno colombiano con el paramilitarismo se hizo más evidente en el gobierno de Álvaro Uribe, el mismo que posee relaciones estrechas con Iván Duque (actual presidente de Colombia). Guaidó cruzo por las trochas con ayuda de Los Rastrojos, hicieron un recorrido en camioneta escoltándolo desde el Vigía hasta el sector llamado el Paraíso, donde fue recibido por el alcalde colombiano Henry Manuel Valero. Desde allí fue trasladado en el helicóptero de Iván Duque hasta el lugar donde sería recibido por políticos del gobierno.
Posteriormente, en Venezuela se captura a Iván Posso Pedrozo, alias Nandito, que confirmó que Los Rastrojos custodiaban a Guaidó, además Jorge Rodríguez en una alocución muestra las fotos de Juan Guaidó con varios miembros de la banda. Este grupo de paramilitares son reconocidos por los diversos delitos que han cometido en la frontera colombiana como robos, secuestros, venta de droga, lo que la hace ser una de las organizaciones paralamilitares más peligrosas, la estrategia de decir que «no sabia quien los custodiaba», se suma a la lista de fracasos del autoproclamado.
Etapa 3: Actos de corrupción
En el concierto Venezuela Aid Live, parte de la lista de fracasos, se recaudaron un total de 2.485.000 dólares según el comunicado emitido por los organizadores del evento, la finalidad era recaudar 100 millones lo cual se invertiría en “la ayuda humanitaria”.
Al transcurrir de los días PanAm Post hace pública la corrupción en la que está envuelto Guaidó y sus designados; la ayuda iba dirigida a Venezuela, pero como no se pudo ingresar la supuesta ayuda humanitaria, resolvieron que el dinero fuera dirigido a venezolanos en Colombia junto con los militares desertores que apoyaban la invasión encubierta con apariencia de ayuda humanitaria.
Luego de la recaudación de los más de 2 millones, los militares desertores protestan fuera del hotel del cual fueron desalojados por no pagar el hospedaje, posteriormente se refleja que los delegados de Juan Guaidó, Rossana Barrera y Kevin Rojas se habían hecho dueños de la misma para ir a restaurantes, bares y tiendas de ropa. Además un empresario colombiano, José Luis Mora denuncia haber sido estafado por Fernando Ocampo y Juan Carlos Camacho.
Siguiendo la línea de la indisciplina y la irresponsabilidad, Freddy Superlano junto a su primo contrataron unas prepagos. Al siguiente día en el hotel el primo de Freddy aparece muerto por “intoxicación”; así mismo Lorent Salen fue denunciado por intento de violación.
Los venezolanos en Colombia no recibieron ayuda; y este fracasos de concierto lleno de corrupción, dejó en evidencia que la dirigencia opositora no está en capacidad de manejar dinero, y mucho menos Juan Guaidó tiene capacidad para hacer frente a estos hechos, lo que ocurrió fue un acto que a más de un venezolano desilusionó.
Etapa 4: Operación Libertad
La madrugada del 30 de abril del 2019 fue de euforia para la oposición venezolana, los medios de comunicación hicieron su trabajo, y sembraron la esperanza de que el régimen caería, ya a las 6 de la mañana el golpista Juan Guaidó se encontraba hablándole a las cámaras junto a Leopoldo López. Explicaba que tenían tomada la Base Aérea la Carlota, y que poseían respaldo de un “gran sector de las Fuerzas Armadas”, pero relmente era otro de sus fracasos.
La convocación a personas civiles a respaldar el golpe no se hizo esperar, la concentración se realizó en Altamira, lejos de Miraflores, la amenaza de Golpe y desorden solo fue mediático, no tenían el apoyo militar y solo se encontraban a las afueras de la base aérea.
La Operación Libertad que tanto había mencionado a través de redes sociales, se debió llamar el día los falsos positivos; con ello se logró que Leopoldo López saliera del país a los pocos días; el intento de golpe fue mediático; y los opositores terminaron con gran impotencia al saber que su líder no era capaz de tumbar al régimen.
A día de hoy queda en evidencia que Guaidó sigue la línea política de Norteamérica para robar los activos de Venezuela en el exterior. Fueron tantas sus reiteradas equivocaciones que el 5 de diciembre en una reunión celebrada en la Casa Blanca encabezada por el Vicepresidente Mike Pence, él mismo reiteró la pérdida de confianza de Donald Trump en Juan Guaidó.
Etapa 5: Fracasos en convocatorias
A lo largo de este año, Guaidó y su combo de ladrones, intentaron generar violencia en las calles del país. Al principio de 2019, la asistencia de sus seguidores era con fuerza, pero a medida que se fueron dando cuenta de su engaño, la presencia de opositores en las manifestaciones de calle, fueron mermando.
Fue así como en enero y hasta finales de febrero de 2019, las manifestaciones de calle, convocadas por Guaidó tenían importante presencia de opositores. Ya para el final del primer trimestre del año pasado, los fracasos eran inocultables.
Ya para el segundo trimestre de 2019, la situación se le fue poniendo color de hormiga y casi nadie le paraba bola a las convocatorias.
Transcurrido el tercer y cuarto trimestre, las “acciones de calles” desaparecieron y las actividades se limitaban a pequeños espacios cerrados donde asistían “los mismos 100 mamagüevos”, según le reclamó el propio Guaidó a su asistente Marco Aurelio Quiñones, incluso una importante cantidad de “protestas” tuvieron que ser suspendidas o minimizadas por los periodistas prepagos incluidos en la nómina de Elliot Abrams, debido a que no contaron con participación de los opositores.
Etapa 6: La rebelión contra Guaidó
Los más de 700 millones de dólares que le entregaron sus aliados internacionales, llevó a Guaidó a concentrarse en ver como se los robaba y en qué los invertía para que nadie “se diera cuenta”, mientras que solo a sus más cercanos, pero muy cercanos colaboradores le entregaba una dádiva para que siguieran a su lado, mientras que los diputados opositores de la Asamblea Nacional, pasaban aceite.
Esto despertó la arrechera de al menos 30 diputados de las regiones, quienes se le alzaron a Guaidó y comenzaron a exigirle que les diera su parte de la tajada, otro de los fracasos. Guaidó por su parte, en vez de darles plata, utilizó a uno de sus periodistas prepagos, para destapar los casos de corrupción en donde estaban incursos estos diputados rebeldes y fue el inicio de su fin.
El pasado 5 de enero de 2020, cuando correspondía la elección de la directiva de la Asamblea Nacional, los diputados rebeldes presentaron una plancha, distinta a la de Guaidó, al saber que no contaba con los votos, el autoproclamado se montó un show alegando que no lo dejaban entrar a la Palacio Federal Legislativo, mientras en el salón de sesiones, sus compañeros diputados hacían el quórum donde se presentó la plancha de los rebeldes y obtuvo 81 votos de los 150 diputados presentes, lo que lo destronó de la presidencia del parlamento.
Es así como a un año de su autoproclamación la “gestión” de Guaidó lo único que acumula es fracasos tras fracasos y una importante suma de dinero a sus cuentas bancarias.
Redacción Lechuguinos