Donald Trump pidió a su secretario de Defensa, Mark Esper, ejecutar varios ademanes durante su gestión.
El expresidente Donald Trump pidió a su secretario de Defensa, Mark Esper, en más de una ocasión cumplir órdenes «malas». Por ejemplo, disparar en las piernas a los cientos de manifestantes estadounidenses que protestaban durante días contra la muerte de George Floyd a manos de policías blancos. Así lo confesó el propio Esper, de 58 años de edad, en una entrevista concedida al medio The Washington Post (la revista), publicada este martes 21 de junio.
En el intercambio con la periodista KK Ottesen sobre su libro lanzado en mayo pasado, A Sacred Oath: Memoirs of a Secretary of Defense during Extraordinary Times, dio detalles sobre las pretensiones guerreristas y extralimitadas de Donald Trump. Aseguró que, entonces, su distanciamiento del exmandatario republicano «comienza casi de inmediato y empiezo a retroceder».
«Todo encaja el 1 de junio [de 2020] en la Oficina Oval cuando nos llama a todos para hablar sobre [George Floyd] protesta en Washington, DC, y quiere 10.000 soldados en la capital. El presidente sube y baja de su silla, con la cara roja, moviendo los brazos para expresar cosas. Nos está jurando. Nos está llamando perdedores. Él dice: ‘Parecemos débiles. El país se ve débil’. ‘Nosotros’ significa él. Y llegamos a este punto en el que se acomoda en su silla y la habitación se queda un poco en silencio, y se inclina y mira al [presidente del Estado Mayor Conjunto] General [Mark] Milley y dice: ‘¿No puedes simplemente ¿disparales? ¿Simplemente dispararles en las piernas o algo así?’ Y la pregunta simplemente cuelga ahí. Creo que todos quedamos desconcertados. Está tan lejos de los límites. Nadie habla de disparar a los estadounidenses«, se lee en la referida entrevista a Esper.
Esper agregó que Trump también le ordenó disparar misiles a México. «Sr. Presidente, no puede disparar misiles a México; sería un acto de guerra, sería ilegal y arruinaría nuestra relación«, cuenta a la periodista que le respondió en ese momento. Luego, una vez despedido en noviembre de 2020, supo a través de periodistas que hacían cobertura permanente en la Casa Blanca que pidió lo mismo contra Irán.
En ese sentido, Esper aseguró que aunque muchos le critican por no haber renunciado de inmediato, tras las descabelladas peticiones de su jefe, se siente en paz porque logró frenarlas.
«Mi mayor vocación, mi deber, mi juramento era quedarme en esa posición y evitar que sucedan cosas malas. Porque se propusieron muchas ideas malas«, dijo. «Mira, podría haber renunciado. Habría sido el héroe durante 48 horas. Pero creo que no podría haber vivido conmigo mismo. Si hubiéramos atacado a Venezuela o entrado en guerra con Irán, probablemente habría pensado: ‘¿Podría haber estado allí para marcar la diferencia? ¿Por qué me fui? Podría haber evitado eso’».