Por temor a las posibles consecuencias por el secuestro del diplomático venezolano, Alex Saab, el gobierno estadounidense decidió enviar un buque de guerra a Cabo Verde, reveló el ex secretario de Defensa de EEEU de Donald Trump, Mark Esper.
Según relata Esper en su libro “Un juramento sagrado: Memorias de un Secretario de Defensa en tiempos extraordinarios”, los gringos aseguraban que Venezuela habría solicitado ayuda a fuerzas militares de Rusia para que realizaran una incursión a Cabo Verde y liberaran a Alex Saab.
En este sentido, el ex jefe del Pentágono aseguró que tras la captura del diplomático venezolano comenzaron a surgir, en las altas esferas del gobierno gringo, una gran cantidad de rumores que eran alimentados por aquellos que insistían en una operación militar en contra de nuestro país.
“Maduro persuadió al presidente Putin para que enviara fuerzas especiales rusas para sacar a Alex Saab de la cárcel; los mercenarios rusos en Libia iban a viajar cientos de millas en pequeños botes para rescatar o matar a Saab. La inteligencia venezolana estaba fletando un avión especial para volar a Cabo Verde para repatriar a Saab; y las tropas de la Guardia Revolucionaria Iraní estaban preparando misiones de rescate similares”, son algunos de los fake que circularon en ese momento.
Sin embargo y a pesar de que no existían fundamentos para una acción militar, el despacho de Esper fue informado de una operación inmediata.
“El Departamento de Estado de EEUU estaba requiriendo el envío inmediato de una Unidad Expedicionaria Marina del Grupo de Preparación Anfibia (ARG-MEU); desde el Mediterráneo a Cabo Verde para proteger a Alex Saab y disuadir la intervención de los rusos, iraníes y cualquier otra persona interesada en interrumpir los procedimientos judiciales”.
Por su parte, el autor del libro asegura que no podía creer que el centro de la diplomacia estadounidense estuviera realmente solicitando tal acción.
De igual manera, Esper relata como en octubre de 2020 EEUU inició una nueva escalada ante la posibilidad de que Saab fuese liberado por las autoridades de Cabo Verde. En esa ocasión se presionó para enviar un barco de la Marina de los EEUU a patrullar alrededor de Cabo Verde, para disuadir cualquier intervención externa.