Elliott Abrams, reconoció que EE.UU. ha fracasado en su plan golpista en Venezuela que el pueblo se mantiene victorioso ante los ataques gringos.
La agencia Reuters recogió unas declaraciones del enviado especial de los Estados Unidos para solucionar «la crisis venezolana», Elliott Abrams, en las que admite no poder concretar el objetivo golpista de la estrategia estadounidense.
«No hay indicios de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, vaya a abrirse a negociaciones para salir del callejón sin salida en que lo ha puesto el líder de la oposición, Juan Guaidó«, en una clara afirmación del actual fracaso por deponer al chavismo del poder estatal en Venezuela.
Ese «callejón sin salida» no tiene el final esperado por Washington, que pensaba en una operación poco prolongada en el tiempo, y con un Maduro listo para largarse de Miraflores.
En cambio, según recoge Reuters, Abrams dijo que “cualquier solución negociada debería darse entre venezolanos, y que Estados Unidos podría ayudar levantando o aliviando las sanciones y restricciones de viaje a Estados Unidos una vez que Maduro acepte ir».
Este giro sospechoso en el discurso de Washington, luego de aceptar que el presidente Maduro «no cede», vino acompañado de la variable rusa, pues Abrams declaró que «(los rusos) siguen apoyándolo y no hay indicios que haya visto de que le estén diciendo que es hora de poner fin a esto”, y agregó: «Podría llegar un punto en el que los rusos lleguen a la conclusión de que el régimen no puede salvarse».
Sin embargo, tampoco hay indicios de que el Kremlin quiera romper relaciones con Miraflores, luego de que Rusia estaría a punto de firmar con Venezuela un acuerdo comercial a gran escala para la adquisición de materia prima para la producción local de alimentos y medicinas.
Aun cuando Abrams admita que la estrategia estadounidense de presión no funciona contra el gobierno venezolano, y el notable cambio en el discurso hablando de negociación y levantamiento de sanciones, el diplomático es conocido sobre todo por su papel golpista contra el gobierno de Hugo Chávez en 2002, además de ser uno de los responsables en armar y financiar a grupos irregulares involucrados en masacres y graves violaciones de los derechos humanos en Centroamérica durante la década de 1980.
Redacción Lechuguinos-Misión Verdad