EEUU ya ha vendido más de un millón de barriles de gasolina iraní que se robó el año pasado y había sido paga por Venezuela para palear la crisis del combustible, informó un funcionario del Departamento de Justicia, mientras otro tanquero de Irán interceptado navega hacia territorio estadounidense.
Dichas incautaciones forman parte de las sanciones impuestas por EEUU a Teherán por su programa nuclear y la designación de grupos iraníes como terroristas.
En un nuevo enfoque en 2020, la antigua administración de Donald Trump usó procedimientos de confiscación civil para decomisar 1,2 millones de barriles de combustible que eran destinados a Venezuela en cuatro buques.
La incautación de combustible representa la más grande hecha por Washington a Irán hasta la fecha, y fue transferido a otros cargueros que fueron trasladados a EEUU, donde se pretendía comercializar la gasolina y distribuir las ganancias a un fondo para las víctimas de Estados Unidos del terrorismo patrocinado por el Estado.
El portavoz del Departamento de Justicia, Marc Raimondi, dijo a Reuters esta semana que la venta de los cargamentos se había completado.
«El petróleo ha sido incautado, y una venta interlocutoria ha preservado el valor en efectivo del petróleo, que ahora está en manos del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos», explicó.