La portavoz de la Casa Blanca justificó como “daños colaterales” el asesinato de civiles afganos a causa de un bombardeo en Kabul.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, hizo un comentario respecto al bombardeo que habían perpetrado el domingo las fuerzas de EE.UU. contra un vehículo aparcado en el patio de una casa, en un barrio residencial de Kabul (capital de Afganistán). La misma ofensiva se cobró la vida de 10 miembros de la familia afgana, entre ellos seis niños, residentes en la casa.
“En el comunicado de Centcom (acrónimo en inglés del Comando Central de Estados Unidos) […] lo que notaron es que en el vehículo había explosivos que podrían haber ocasionado daños adicionales”, justificó así la vocera estadounidense el asesinato de civiles afganos en esa acometida norteamericana.
Psaki, sin embargo, subrayó que la muerte de civiles en cualquier parte del mundo es terrible y destacó los esfuerzos de Estados Unidos, más que cualquier otro país, para minimizar las bajas civiles.
En otra parte de sus declaraciones, la funcionaria de la Casa Blanca rechazó los informes que culpan a EE.UU. de entregar al grupo armado Talibán la lista de las personas que querían abandonar el suelo afgano.
Esta matanza de civiles afganos por Estados Unidos puede quedar como el último “daño colateral” que han cometido Washington y sus aliados en los 20 años de la guerra en Afganistán, país que invadieron bajo el pretexto de luchar contra el terrorismo y deponer a los talibanes, el mismo grupo que ahora tiene el poder en Kabul. Una misión que nunca se cumplió sino, como considera un analista, ha terminado con una auto-derrota para el país norteamericano.
Según estima el proyecto “Costos de Guerra” de la Universidad Brown, en el estado estadounidense de Rhode Island, la invasión de Estados Unidos a Afganistán segó la vida de más de 241 000 personas, entre ellas al menos 72 000 civiles. El mismo estudio informa que los contribuyentes estadounidenses gastaron 2,26 billones de dólares en esta guerra.
Con el despegue de un avión C-17 estadounidense desde Kabul que retiró el lunes al último grupo de tropas estadounidenses de Afganistán, Washington ha puesto fin a una campaña de 20 años, considerada la guerra más larga en la historia del país norteamericano, y que ha dejado a Afganistán en control de los talibanes, sus enemigos de 20 años, y en medio de la incertidumbre total, ni hablar de la infraestructura en ruinas y una joven generación que no tiene ni idea sobre su futuro.