A Duque, poco a poco lo van dejando solo, pues dirigentes de su propio partico le hacen críticas a su gestión ante las protestas.
El presidente de Colombia, Iván Duque, viajó este lunes a Cali en medio de la grave crisis política y social que vive el país. Unas horas antes de subirse al avión aseguró que no iría a la ciudad donde más episodios violentos se están produciendo para no distraer con su presencia el trabajo de la policía y ha sido foco de críticas de su mismo partido.
Sin embargo, rectificó después de las fuertes críticas que le lanzaron algunos políticos de su propio partido y las imágenes en las que se ve a civiles armados enfrentarse a los manifestantes para evitar más bloqueos. Duque trata de apaciguar un estallido social que amenaza con hacer ingobernable su último año de mandato.
Los últimos en mostrarles su contrariedad al presidente, cada vez en una situación más difícil a medida que aumenta la tensión en las calles, son los miembros de su formación, el derechista Centro Democrático.
“El presidente Iván Duque ha afirmado que para no distraer el trabajo de la policía no vendrá a Cali. Para no distraer la bancada, con su abandono por mi ciudad, renuncio a la vocería del Centro Democrático”, anunció en Twitter un senador de la región, Gabriel Velasco.
Otra senadora de su partido, Paloma Valencia, le hizo un llamamiento público a ejecutar una acción militar “contundente y sostenida para restablecer el orden público”.
Ahora, desde su partido, que trata de rehacerse del golpe de impopularidad que ha supuesto apoyar la subida de impuestos, le piden que aplique más mano dura. Su mentor, el expresidente Álvaro Uribe, el líder de esa formación, una figura hiperpresente en la vida del país desde hace dos décadas, aconsejó al presidente, desde su cuenta de Twitter, aumentar los efectivos de policía y antidisturbios en Cali y que se detenga “a la horda de bandidos que han invadido la ciudad”.