Como para Donald Trump todo es un negocio, intentó detener una resolución de la OMS para promover la lactancia materna alegando que preferían la leche en polvo.
Un artículo del New York Times asegura que en la última asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en mayo en Ginebra, los delegados estadounidenses buscaron suprimir un pasaje de una resolución que invitaba a los Estados miembros a «proteger, promover y apoyar» la lactancia materna.
Según diplomáticos y funcionarios consultados por el Times, Estados Unidos presionó a Ecuador, que iba a patrocinar la resolución, para que no lo hiciera, amenazándolo con sanciones comerciales y el retiro de ayuda militar, y Rusia habría presentado el tema.
Finalmente, los esfuerzos de Washington fueron infructuosos y la resolución sobre la «alimentación del lactante y del niño pequeño» fue aprobada y puede consultarse en el sitio web de la OMS.
Según el informe del Times publicado el domingo, «los estadounidenses fueron directos: si Ecuador se rehusaba a rechazar la resolución, Washington impondría sanciones comerciales y retiraría crucial ayuda militar. El gobierno ecuatoriano rápidamente accedió».
Pero, ¿Cuál es el trasfondo de este debate del pelucón? El mercado de la leche en polvo infantil es enorme, de 47.000 millones de dólares a nivel mundial en 2015, según Euromonitor International.
El sector, dominado por unas pocas empresas, la mayoría estadounidenses, crecerá en los próximos años a pesar de la bajada de la natalidad y de las campañas de lactancia materna, en particular en los países en desarrollo e impulsado por el aumento de la población femenina empleada, señalan expertos.
Redacción Lechuguinos