La defensa a ultranza de Pedro Pablo Kuczynski por parte de la oposición venezolana, demuestra que la decisión es un revés en los planes injerencistas que formulaban desde Lima
Desaforados salieron los escuálidos a defender al perro faldero Pedro Pablo Kuczynski luego de su renuncia, calificando esta decisión como una «lección de civilidad» a los países de Latinoamérica.
Uno de ellos fue el vicepresidente de comunicaciones de Copei (Comité de Organización Política Electoral Independiente), Rogelio Díaz, quien desató su verborrea al decir que “desde Perú nos dan una lección de civilidad democrática”. Es decir, que para este partido de la cuarta república un presidente hundido hasta el cuello en un mar de escándalos por corrupción puede dar clases de institucionalidad.
Al no ser suficiente con tamaña incoherencia, atacó al gobierno venezolano, comparándolo con el peruano y a sus mandatarios al indicar que lo ocurrido es evidencia de una sana institucionalidad democrática; mientras en Venezuela existe una “institucionalidad enferma”.
Además, Díaz defendió al “TSJ en el exilio”, y agregó que se sumarán al boicot criminal que pretende ejecutar el grupo injerencista Frente Amplio de cara a las elecciones presidenciales.
La renuncia de PPK, dejó sin esperanza a algunos terroristas de la derecha, que esperaban por el líder del Cartel de Lima, para continuar con la injerencia contra Venezuela.
Redacción Lechuguinos