“Por la plata baila el mono”, es un refrán popular y al parecer es cierto, pues el destino incierto del dinero de Venezuela incautado por EEUU y entregado a la oposición genera que muchos se distancien de Guaidó.
La expseudo representante de Juan Guaidó en el Reino Unido, Vanessa Neumann, admitió en una conversación con el diario británico Financial Times (FT) que las dudas en el seno de la oposición en torno al futuro político del parlamentario, se debían a la «preocupación por la estrategia y consternación por las demoras burocráticas en Washington para la liberación de dinero congelado del gobierno venezolano retenidos en los Estados Unidos a la oposición de Venezuela», según consta en la nota firmada por los periodistas Michael Stott y Gideon Long.
En el texto se señala que tras la autoproclamación de Guaidó en enero de 2019, se esperaba que el evento desencadenara «un cambio rápido de régimen», pero que tras casi dos años, Maduro «permanece atrincherado en el poder» y que solamente «el respaldo de Rusia, China, Irán y Cuba y controles cada vez más estrictos lo han ayudado a sobrevivir a las cada vez más duras sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea».
Neumann justificó su distanciamiento de Guaidó debido a «la insistencia del gobierno del Reino Unido en continuar manteniendo relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro», lo que implicó «que no pudo obtener la acreditación diplomática completa o el uso de la embajada venezolana en Londres», destaca el medio británico.
Responsabilizó, asimismo, a la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), de demorar la entrega de «fondos congelados a la oposición de Guaidó» con los que aparentemente sufragarían los costos legales del litigio por el oro venezolano.
Los representantes de Venezuela en Londres consiguieron que un tribunal de apelaciones anulara la sentencia emitida en julio, en la que se le otorgaba a Juan Guaidó el control de 31 toneladas de oro pertenecientes a la República que reposan en las bóvedas del Banco de Inglaterra, aduciendo que Londres no había retirado las credenciales del embajador enviado por el presidente Nicolás Maduro y que, de hecho, el contacto diplomático con Caracas se gestionaba por esa vía, algo que reconoció abiertamente Neumann, tras renunciar al pseudonombramiento.
Además de devolver la causa al tribunal comercial, el tribunal de apelaciones obligó a los abogados de Guaidó a cancelar «400.000 libras esterlinas de costos provisionales a los abogados de Maduro», pero estos dijeron que no contaban con los fondos para pagar, pues la OFAC no había liberado todavía el dinero venezolanos congelados en los Estados Unidos.
De su lado, Elliot Abrams, enviado especial de la administración Trump para Irán y Venezuela, le aseguró al Financial Times que desconocía que se hubieran retenido licencias en la OFAC y que «casi todo ha sido aprobado», pero justificó cualquier retraso aduciendo que esa oficina, dependiente del Departamento del Tesoro pero bajo la línea política dictada por el Departamento de Estado «era muy cuidadosa» y las cosas no se hacían «de la noche a la mañana».
El medio londinense añade que, «algunos de los enviados de Guaidó en el extranjero se han quejado de que efectivamente están trabajando gratis y no han recibido el pago que esperaban de fuentes estatales estadounidenses».
Al ser consultado sobre el punto, Abrams reconoció que «se deben muchos pagos atrasados» a los miembros del Proyecto Guaidó en el extranjero, si bien matizó el comentario previo, señalando que estima que estos asuntos se resolverán antes que acabe el año, justamente antes que Trump entregue la batuta a su sucesor o se instale la nueva Asamblea Nacional.
El portal venezolano La Tabla, especializado en periodismo de datos e investigación destaca que «el cambio de gobierno en Estados Unidos y la elección de una nueva Asamblea Nacional en Venezuela» le estaría «quitando el botín» a Juan Guaidó y sus colaboradores –el proyecto Guaidó– «antes de poder echarle mano».
A ese respecto, Financial Times precisa que «la oposición venezolana está preocupada de que algunos de sus patrocinadores internacionales de dinero reconsideren su reconocimiento de Guaidó como presidente interino después de que pierda el control de la Asamblea», pues esta seleccionará sus liderazgos a principios de enero.
De su lado, ante lo que parece ser un fracaso irreversible del Proyecto Guaidó, tanto desde el punto de vista político como del económico, pues no lograron deponer al gobierno de Nicolás Maduro ni hacerse con el control de todos los activos venezolanos en el extranjero, Vanessa Neumann prefirió «regresar al sector privado», apunta el diario británico.
La expseudo funcionaria es propietaria de una firma, Asymmetrica Inc, que ofrece préstamos de «hasta cinco millones de dólares», «en alianza con el prestamista Vetted Fundig», como consta en una publicación en su muro de Facebook del pasado 13 de julio y refiere La Tabla, respectivamente.