En cumplimiento de su selectiva indignación, la derecha latinoamericana se solidarizó con los terroristas Julio Borges y Juan Requesens.
Como era de esperarse, el gobierno chileno y el Cartel de Lima salieron desaforados a respaldar a los victimarios del atentado contra el presidente Nicolás Maduro, después de que los medios de la derecha se encargaran de venderlos como víctimas de la “represión del régimen” venezolano.
Esta causó la crítica del canciller Jorge Arreaza, que en su cuenta en Twitter indicó como “La solidaridad automática de Roberto Ampuero (Ministro de Relaciones Exteriores de Chile) y el resto del Cartel de Lima con terroristas confesos, involucrados con evidencias incontrovertibles en el magnicidio frustrado del 4 de agosto, demuestra que amparan la violencia y que quieren para Venezuela una guerra sangrienta”.
Para el canciller venezolano, Ampuero se convierte en cómplice de terroristas y magnicidas confesos, y destacando que en Chile «la justicia libera a los terroristas de la dictadura pinochetista» repudió al tiempo de contrastar que “en Venezuela la justicia actúa para proteger al pueblo, a la democracia y así evitar una tragedia”.
Esto surge como respuesta al respaldo del ministro chileno hacia Borges y Requesens y de calificar de “inaceptable” la supuesta persecución en su contra.
El mensaje compartido en Twitter estaba acompañado por un comunicado del Cartel de criminales diplomáticos autodenominado “Grupo de Lima” que ratifica la posición de la derecha al respaldo a este par de asesinos.
Redacción Lechuguinos