La decisión de algunos gigantes tecnológicos de bloquear las cuentas del actual presidente de EE.UU., Donald Trump, demuestra que ya son «más poderosos que cualquier Gobierno». Así lo advierte en un artículo de opinión para RT la periodista y experta política estadounidense Helen Buyniski, que asegura que el estado dirigido por empresas «con políticos que actúan como simples testaferros» equivale «al mismo fascismo al que afirman oponerse». 

Según la analista, gracias a «un control férreo de la narrativa política y la represión con mano dura de cualquier voz disidente influyente», estas empresas «increíblemente ricas» y sus socios en el ‘establishment’ de los medios han logrado «hacer añicos con éxito lo que quedaba del proceso democrático de EE.UU.».

«El primer golpe exitoso realizado por medios»

En estos momentos, las compañías tecnológicas «tienen motivos de celebración», pues no solo han logrado «el primer golpe de Estado exitoso realizado por los medios a nivel nacional» en la historia de EE.UU, sino que, «mejor aún, al menos para ellos», después de haber ayudado a ganar al candidato ‘correcto’, esta vez «no tendrán que responder por ningún cargo falso de colusión rusa», indica Buyniski.

La autora del artículo considera «casi seguro» que la dramática reacción a los disturbios de este miércoles en el Capitolio «derivará en más restricciones al discurso en línea» y, como muchos observadores señalaron, «así es como lo quieren las grandes tecnológicas y el Gran Hermano».

Y si se enturbia la relación con los políticos y éstos quieren «recuperar su poder», los gigantes tecnológicos siempre pueden «frenar fácilmente» cualquier intento legislativo de romper su monopolio «amenazando, sencillamente, con exponer los secretos de las docenas de agencias gubernamentales que tienen sus datos almacenados en la nube», advierte la experta, al tiempo que añade que empresas como Facebook y Twitter, Amazon y Google tienen controlado «lo que queda de la ‘democracia’ estadounidense», de manera que, si algún político intentara interrumpir su «relación amistosa», es casi seguro que «lo lamentaría».

Al impedir que Trump publique en Twitter, en Facebook e incluso en la plataforma de transmisión en vivo Twitch, las grandes tecnológicas «ha dejado claro que ya no están satisfechas con un mero monopolio sobre una de las pocas industrias rentables» que quedan en el país, y que «no dejarán de acumular poder hasta que dirijan la política», advierte la analista, para concluir que el bloqueo a Trump «es solo el comienzo de una cruzada megalomaníaca» contra todos aquellos que cuestionarían a un Gobierno de los algoritmos.

RT