Ante la descarada ola de violencia en Colombia, el gobierno de Biden le exigió a Duque aclarar asesinato de líderes sociales.
Aclarar los asesinatos de líderes sociales en Colombia es una de las «máximas prioridades” para el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, así se lo hizo saber Washington al presidente Iván Duque, dijo el pasado 11 de febrero el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price.
«La exigencia de Joe Biden es justa y altamente pertinente porque, en los casi tres años de presidencia de Iván Duque, su gobierno se ha caracterizado por estar muy lejos de las bases sociales más golpeadas por el aún persistente conflicto armado y el narcotráfico en varias regiones”, dice a DW Camilo Jiménez, consultor de la Liga Contra el Silencio, una alianza de 18 medios independientes que investiga temas como los riesgos que corren los líderes sociales y la censura estatal.
Washington reaccionó así al reciente informe de Human Rights Watch (HRW), en el que considera «insuficiente” los esfuerzos del Gobierno colombiano para detener el creciente número de asesinatos de líderes sociales.
Por parte del Gobierno de Colombia, la Consejera Presidencial para los Derechos Humanos, Nancy Patricia Gutiérrez, dijo en un comunicado del 10 de febrero que «el Gobierno no ahorra esfuerzos para frenar la violencia contra los líderes sociales, comunales y defensores de derechos humanos”, y cita que «en 2020 esa lucha alcanzó una efectividad del 54,8%”. El 3 de febrero pasado, el Gobierno, la Fiscalía, la Defensoría y la Procuraduría acordaron que las cifras oficiales sobre violencia contra líderes sociales serían unificadas y se basarían en la información de la Fiscalía.
Pero la confianza en la lucha del gobierno de Duque contra los asesinatos es cada vez menor. El reconocido analista Rodrigo Uprimny, recuerda en la web de la organización Dejusticia que «el problema es que en el pasado, siendo consejero presidencial de Derechos Humanos, el fiscal general Francisco Barbosa ya manipuló las cifras de la ONU sobre asesinatos de líderes sociales para mostrar supuestos éxitos del gobierno Duque, Por ejemplo, en octubre de 2019, Barbosa sostuvo que Duque había logrado reducir esos asesinatos en 47 %, lo cual simplemente era falso”, como lo corroborara también Human Rights Watch.
Pero «no solo HRW ha reclamado una acción efectiva contra el asesinato de líderes sociales, ya múltiples ONG e instituciones internacionales lo han hecho. Ahora, el Gobierno de Biden también insta a Duque a dar explicaciones, porque los derechos humanos son una de sus prioridades”, puntualiza Gimena Sánchez-Garzoli, directora para los Andes de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) en entrevista con DW.
Sánchez reconoce que «en Estados Unidos hay algo de cansancio con un Gobierno como el de Duque, que presenta resultados de ‘efectividad’ mientras la situación sigue deteriorándose en números de asesinatos y masacres, siendo 2020/21 la época más violenta desde la firma del Acuerdo de Paz, además de la errada decisión de que la Fiscalía asuma el control de las cifras”.
Pero ahora, cuando los líderes sociales necesitan más protección, el Gobierno de Colombia se encuentra en una situación embarazosa frente al Gobierno demócrata de Estados Unidos.
«La injerencia -en favor de Donald Trump- en la campaña electoral de Estados Unidos por parte de miembros del Centro Democrático, el partido de Gobierno de Iván Duque, y el mismo expresidente Álvaro Uribe, ha causado un enfriamiento de las relaciones entre Washington y Bogotá, a tal punto que, tras casi un mes de la toma de posesión del presidente demócrata, no ha habido una sola llamada formal entre los dos mandatarios, siendo ambos países aliados estratégicos”, explica Gimena Sánchez-Garzoli, experta en Derecho Internacional de la Escuela de Estudios Avanzados Johns Hopkins.
Si bien no se puede hablar de un quiebre de relaciones, sí hay un ruptura de la tradición diplomática: «Los anteriores gobiernos de Colombia siempre habían sido muy cuidadosos de no intervenir en la política de Estados Unidos, justo porque ambos países han mantenido una relación muy cercana durante décadas”. No en vano, EEUU es el mayor aportador extranjero de ayuda militar, así como de recursos para el Acuerdo de Paz.