Activistas estadounidenses tomaron la embajada venezolana de Washington, para evitar que sea secuestrada por Juan Guaidó y su pandilla con apoyo de Trump.
Un grupo de activistas estadounidenses duermen en la embajada venezolana de Washington desde el martes para evitar que enviados del diputado opositor Juan Guaidó tomen ilegalmente el control de las instalaciones, tal como lo hicieron en otras tres sedes diplomáticas del país sudamericano en los EE.UU.
Los activistas ingresaron a la embajada invitados por representantes del Gobierno de Nicolás Maduro, después que la cancillería venezolana denunciara que hombres de Guaidó —a través de su enviado a los EE.UU., Carlos Vecchio—, tomaran el lunes dos edificios de la embajada en la misma ciudad y el consulado en Nueva York.
La iniciativa de pernoctar en el lugar es impulsada por la organización social Code Pink, que desde hace semanas promueve protestas en Washington en contra de la estrategia del Gobierno de Donald Trump en Venezuela y de los enviados del líder opositor, que el 23 de enero se autoproclamó como ‘presidente encargado’ del país suramericano.
Las sedes ocupadas por Vecchio son las oficinas que cerró Caracas tras la orden del presidente Nicolás Maduro de clausurar todos los consulados de Venezuela en EE.UU., un día después de anunciar el rompimiento de relaciones diplomáticas y políticas con el Gobierno de Donald Trump.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, condenó el lunes los hechos y ratificó que aquellas instalaciones solo «pueden ser utilizadas por los agentes diplomáticos oficiales que representan al gobierno democrático y constitucional del Presidente Nicolás Maduro».
Según el artículo 27 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, en caso de cesar las relaciones entre dos países, el «Estado receptor estará obligado a respetar y a proteger los locales consulares, los bienes de la oficina consular y sus archivos».
Redacción Lechuguinos-RT