El presidente de Colombia Iván Duque insiste en sabotear el diálogo que se desarrolla en México entre el Gobierno y las oposiciones.
En los últimos días el discurso de Duque se ha hecho más provocador para perturbar las negociaciones en México, haciéndole la tarea a sus amos del norte.
El Instituto Samuel Robinson resumió las acciones injerencistas del mandatario, quien junto a sus pares de Uruguay y Paraguay insiste en desconocer al Presidente Nicolás Maduro.
En España, Duque no perdió el chance de reunirse con el prófugo Leopoldo López para revisar una nueva agenda de acciones desestabilizadoras con Juan Guaidó a la cabeza.
El presidente de Colombia fue más allá al afirmar que no se debían “aflojar ninguno de los mecanismos de presión”, es decir, la sanciones económicas y financieras.
A eso se suma la visita del jefe del Comando Sur, almirante Craig Faller, quien se reunió con la cúpula militar colombiana para fortalecer la “cooperación en materia de seguridad”.
Esta visita fue una clara provocación hacia Venezuela, en clara demostración que la estrategia de descarrilar el diálogo en México cuenta con el aval de las Fuerzas Armadas de EE.UU.
Más de la escalada injerencista:
- La cancillería colombiana objetó la participación del presidente Nicolás Maduro en la VI Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la CELAC.
- En la ONU, Duque acusó al Gobierno Bolivariano de “narcodictadura” y pidió no ser “ingenuos” con el diálogo.
- El 26 de septiembre la cancillería colombiana aseveró que un avión no tripulado venezolano incursionó en su territorio, cerca del río Arauca.
Queda claro que con estas acciones Duque busca granjearse el apoyo de EE.UU. y los radicales uribistas de cara a las elecciones presidenciales de 2022.