Las elecciones municipales en Brasil, dieron un claro mensaje y es que el electorado aborrece a Bolsonaro y su mala política.
El electorado brasileño confirmó en las elecciones municipales del domingo 29 de noviembre su regreso a la política más tradicional, la misma a la que dio un sonoro bofetón hace dos años cuando elevó a la presidencia a Jair Bolsonaro y su discurso antisistema.
Los votantes apostaron en esta segunda vuelta de las elecciones municipales por el centro derecha y la continuidad. Las alianzas anti Bolsonaro funcionaron.
El presidente, Jair Bolsonaro, sufrió una dolorosa derrota en Río de Janeiro, su feudo político, y donde su apadrinado perdió por casi 30 puntos. El Partido de los Trabajadores (PT) tampoco logró salvar su honor porque su candidata en la única capital que disputaba fue derrotada.
Casi 60 ciudades eligieron el domingo 29 de noviembre, con una abstención récord del 29%, a sus regidores y concejales, incluidas las dos más importantes, en una batalla que se decide sobre todo por asuntos locales, pero que permite vislumbrar algunas dinámicas nacionales. Bolsonaro sufrió una humillante derrota en Río de Janeiro, la ciudad donde tiene su base electoral más arraigada. Pero como advierten los especialistas, eso no implica que el bolsonarismo vaya a desaparecer, reseñó ElPaís
Eduardo Paes, de centro derecha, desalojó al actual alcalde de Río de Janeiro, el evangélico Marcelo Crivella, tras solo un mandato y pese al apoyo explícito de Bolsonaro. Paes, que ganó con el 64% frente al 36% de su adversario, es un viejo conocido que venció a lomos de un amplio frente anti Bolsonaro que reunió de la derecha a la ultraizquierda. Su victoria supone un regreso a un puesto que ostentó durante dosmandatos incluidos los años olímpicos.
El izquierdista Boulos, un activista y profesor, logró llevar hasta la segunda vuelta en la ciudad más rica de Brasil al Partido Socialismo y Libertad (PSOL), una escisión del PT y la formación en la que militaba la asesinada Marielle Franco.
De todos modos, el izquierdista PSOL logró hacerse con la alcaldía de una capital, Belén de Pará, cosa que el PT no ha conseguido. Es un indicio más de cómo este pequeño partido de escaso poder territorial ha quebrado la tradicional hegemonía del PT en la izquierda brasileña.