La propia pelea de gatas, se convirtió el nuevo debate entre los candidatos presidenciales gringos Joe Biden y Donald Trump.
Durante el tercer y último debate entre Donald Trump y Joe Biden, la noche de este 22 de octubre, ambos políticos estadounidenses se acusaron de obtener dinero turbio desde el exterior.
Trump reaccionó a las preguntas sobre la seguridad nacional con lo que habría sido la actuación de Biden durante la administración de Obama, cuando él era vicepresidente: «mientras yo estaba vendiendo almohadas y colchones, él estaba vendiendo armas», dijo Trump, haciendo referencia a sus actividades económicas que dieron fruto -supuestamente- a su fortuna.
A propósito de esto, Biden exigió a Trump que muestre sus estados de cuenta ya que representa una burla para el pueblo estadounidense que precisamente apuntando a esa enorme fortuna que acumula, solo haya pagado 750 dólares.
Trump respondió que esos 750 dólares que pagó recientemente son solo la diferencia que le quedó, porque él pagó «por adelantado miles de millones de dólares» en impuestos. Asimismo, afirmó que habló con sus contadores y que publicarán los estados de cuenta, donde se verificará estos pagos anticipados.
«Muéstralos, tienes 4 años diciendo esto y ya no podemos creerte», respondió Joe Biden.
Evidentemente afectado, Trump acusó a Biden de haber obtenido dinero de países como China o Ucrania durante su gestión como vicepresidente, y que su familia se ha enriquecido desde las arcas del Estado. «Su hermano ganó dinero con Irak», sentenció Trump.
Biden por su parte, sacó a colación la cuenta bancaria a nombre de Trump en China, recientemente desvelada por el New York Times, a lo cual el Presidente respondió que es una cuenta que él abrió en ese país cuando hacía negocios como empresario, en 2013. La cuenta, dijo Trump, fue cerrada en 2015 pues no cerró los «negocios», incluso antes de lanzarse a la presidencia de EEUU.
En cambio, dijo Trump, todo el enriquecimiento de la familia Biden data de cuando este era funcionario del gobierno.
El debate, organizado en la ciudad de Nashville, Tennesse, debía enmendar el desastre de los dos debates anteriores, en los que ambos candidatos se acusaron incluso de situaciones íntimas familiares y recurrieron a los insultos. No obstante, el cierre de los micrófonos por turno para responder, no contuvo las reiteradas acusaciones de incompetencia, corrupción y malversación que se lanzaron mutuamente.
Redacción Lechuguinos-LaIguana.TV