Funcionarios estadounidenses revelan que el Gobierno gastó unos $2,6 millones por día para desplegar la Guardia Nacional para sofocar las protestas en Washington.

De acuerdo con la agencia de noticias británica Reuters, citando a funcionarios estadounidenses, el despliegue de miles de soldados de la Guardia Nacional para reprimir las masivas manifestaciones en las calles de Washington D.C., (la capital), condenado por la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, y respaldado por el presidente Donald Trump, le costó al Gobierno casi 2,6 millones de dólares por día.

A partir del 1 de este mes de junio y durante un periodo de siete días, según ha informado este domingo Reuters, el despliegue de la Guardia Nacional en la capital de EE.UU. costó en su total unos 14,5 millones de dólares.

Asimismo, el informe ha revelado que unos 1200 soldados de la Guardia Nacional y casi 4 mil de otros estados del país fueron desplegados en la capital para reforzar a la policía local durante las protestas que estallaron por el asesinato de George Floyd, el afroamericano que fue asesinado el 25 de mayo a manos de un policía blanco en ciudad de Mineápolis (estado de Minesota, norte).

Aproximadamente 18,2 millones de dólares del costo total se destinaron al pago y subsidio de la Guardia Nacional y casi 3 millones de dólares se destinaron a operaciones, logística y administración, incluido el alojamiento y el transporte.

En otra parte del informe se señala que en el estado de California (oeste), le costó al Gobierno alrededor de 25 millones de dólares, mientras que en Minesota, donde comenzaron las protestas por la muerte de Floyd, el costo total fue de unos 12,7 millones de dólares.

La decisión de Trump de usar la fuerza militar, la Guardia Nacional y el Ejército para detener las protestas en contra del racismo y la violencia policial, ha generado muchas críticas.

Tanto el secretario estadounidense de Defensa, Mark Esper, como el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, lamentaron la semana pasada que Trump haya usado a las fuerzas de seguridad con propósitos violentos, con la única intención de efectuar un gesto político.

La Policía de Estados Unidos ha atacado con gases lacrimógenos a los manifestantes y arrestado a cientos de ellos en varias ciudades del país, sin embargo, las protestas continúan.

La brutalidad de la Policía de EE.UU. ha suscitado críticas de diversas organizaciones de derechos civiles, que consideran estos actos propios de un sistema inherentemente racista y que se ha exacerbado en los últimos años debido a las políticas del actual inquilino de la Casa Blanca.

HispanTV