Sobre Juan Guaidó, pesa una investigación penal bien sustentada por la que le tocará responder ante la justicia venezolana.
El diputado Juan Guaidó, quien se autoproclamó como presidente encargado, se ha cocinado en su propio guiso estando en libertad, pero eso no significa que sea inmune a las acciones del sistema judicial penal.
Tal es la interpretación a la que puede llegarse tras oír las densas respuestas que da el fiscal general de la República, Tarek William Saab a las preguntas sobre la aparente inmunidad total del parlamentario del partido Voluntad Popular.
«El hecho de que este señor, este ciudadano diputado, no haya sido privado de libertad no implica que no esté sujeto a la jurisdicción penal ordinaria. Sí lo está. No significa que no pesen sobre él investigaciones como la que inauguró los casos inherentes a su persona. Recuerdo cuando, en representación del Ministerio Público, introdujimos en el Tribunal Supremo de Justicia, la solicitud de medidas que él posteriormente violentó, para su propia desgracia judicial, desacatando a los órganos de los poderes públicos nacionales que tramitamos esas diligencias», sostuvo Tareck William Saab, fiscal general de la República.
Agregó que -el desacató para caer en el pozo sin fondo del Cucutazo y luego la trama de los Rastrojos. Ese desacato le trajo muy malos augurios que han aumentado su expediente penal-.
Saab argumentó su tesis de que ha sido conveniente no precipitar la detención judicial de Guaidó, pues los siguientes acontecimientos han ido revelando cuál es el verdadero plan detrás de este supuesto presidente encargado. Señaló que después de la acción de la Fiscalía solicitando la prohibición de salida del país y otras medidas cautelares, ocurrieron los gravísimos hechos del Cucutazo en los que quedó demostrado que la mal llamada ayuda humanitaria, que supuestamente iba a ingresar desde Colombia no era tal ayuda, lo que se evidenció incluso por materiales publicados por medios opositores digitales y de todo tipo.
Añadió que el dinero que se recaudó fue robado por los adláteres o compinches del entorno corrupto de Guaidó, quienes compraron apartamentos con ese dinero o lo usaron para fiestas y francachelas.
Indicó que en medio de ese escándalo se quedaron con los crespos hechos presidentes como el chileno Sebastián Piñera y el colombiano Iván Duque, entre otros, quienes quisieron darle una especie de escudo protector a este acto conspirativo inédito en la historia de América Latina, de pretender imponer a la fuerza a un títere.
Redacción Lechuguinos- LaIguana.TV