El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo que los presidentes de Venezuela Nicolás Maduro y Nicaragua Daniel Ortega atentan contra líderes de la iglesia católica.
En una conferencia sobre libertad religiosa en el Departamento de Estado, Pence cuestionó al «dictador» Maduro y al «régimen» de Ortega y de su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, por hostigar a miembros del clero y de la jerarquía católica que apoyan a disidentes.
Pence dice que Maduro promueve el odio llenando de mensajes respaldándose en ley contra el odio para procesar al clero católico que se pronuncie contra su »régimen brutal», que »ha empobrecido a millones en este país que una vez fue próspero».
Clero católico venezolano que sí promueve el odio y la división entre los venezolanos en cada una de sus alocuciones y acciones desde la llegada del Comandante Chávez a la presidencia de la república.
Leamos este testimonio de María Juana Colmenares:
»Fui al templo de la Virgen de Lourdes, a buscar paz y encontrarme con el Señor, pero lo que ahí escuché fue una aberración tras otra, el cura se refirió en la homilía a los chavistas como los leprosos en el tiempo de Jesús, que nadie se debía acercar a ellos porque se podían contagiar de una enfermedad incurable».
Como María Juana, cientos de creyentes dejaron de asistir a misa porque los curas y obispos solo se dan la tarea de armar mitines políticos con, incluso, banderas y pancartas dentro de los mismos templos.
Y no, no decimos que la iglesia se separe de la política, también la iglesia es una institución, lo que sí no debe pasar es que sus dirigentes promuevan el odio, el egoísmo y la mezquindad, separando su discurso de la verdadera enseñanza que dejó Jesús.
Muchos obispos, cardenales y curas conservadores detestan al Papa Francisco por su forma de expresarse y actuar, esa que muestra el lado humano del que se hace llamar cristiano. El compartir con el pobre y defenderlos del sistema que los oprime, pero ellos hacen todo lo contrario.
Redacción Lechuguinos