El impulso para eliminar a Maduro, que a criterio de EEUU es ‘inevitable’, se está volviendo cada vez más caótico y arriesgado, asegura Bloomberg.
El medio financiero estadounidense Bloomberg publicó un reportaje que ilustra las paradojas y callejones sin salida que está encontrando la reciente hoja de ruta de asedio a Venezuela emprendida por EEUU y en escalada desde inicios de este año.
La publicación, haciendo referencia a algunas fuentes anónimas que en teoría son funcionarios de la Administración Trump y políticos venezolanos, explica cómo inutilizan la presidencia artificial de Juan Guaidó para viabilizar una guerra mercenaria que va agarrando forma. Estos y otros temas fueron explicados por ese medio financiero.
La invasión de los “desertores”
La publicación inicia con el relato de la supuesta intención de unos 200 militares venezolanos “desertores” que en territorio colombiano, dirigidos por el general retirado Cliver Alcalá, estaban dispuestos el 23 de febrero a abrirle paso “con armamento” a los convoyes de “ayuda humanitaria” que pretendían ingresar al país, acción supuestamente detenida por el gobierno colombiano para evitar un baño de sangre que sería público y notorio en un acto que había sido prometido como “pacífico”.
Sin embargo, la violencia armada desplegada en la frontera colombo-venezolana esos días dio al traste con el “márketing humanitario” del concierto Aid Live, por lo cual, indica Bloomberg, “el impulso para eliminar a Maduro, que a criterio de EEUU es ‘inevitable’, se está volviendo cada vez más caótico y arriesgado”.
Bloomberg indica que la improvisación está acentuando el nivel de desacierto y de “riesgo” en las acciones a tomar y respaldan esa afirmación indicando que “las esperanzas de que los comandantes militares abandonen a Maduro, han sido destruidas hasta ahora”, agregando que a medida que la pugna política venezolana se prolonga “la necesidad de buscar algún tipo de solución militar solo aumentará”.
De hecho, la disputa del 23 de febrero no ocurrió por el ingreso de “ayuda humanitaria” a Venezuela. Más bien fueron esos eventos la recreación de un hecho de conmoción que en teoría fragmentaría a la FANB en una disputa entre la presidencia formal y legítima del presidente Maduro versus la presidencia etérea de Guaidó.
La derrota sufrida por Guaidó y sus patrocinadores Colombia y EEUU en las fronteras venezolanas, significó entonces un punto de bifurcación que deja en evidencia la inutilidad del “presidente interno”, para efectos de la institucionalidad política y militar de Venezuela, que hasta ahora siguen imperturbables.
Sobre este punto es indispensable considerar la posibilidad de que tal operación ocurrió sobre falsas e infundadas expectativas que suponían que el 23 de febrero se daría el quiebre de la FANB a favor de Guaidó. La decepción sorprendió a los organizadores del golpe.
Además, reseña Bloomberg, que el proceso de desestabilización de Venezuela será ahora “largo y desordenado”, en una clara apología a una guerra mercenaria que ocurriría de manera impensable: fuera de todo control, participación y previsión estadounidense. Tal cosa no es deseable que ocurra.
El medio estadounidense cita aparentes reflexiones entre diplomáticos latinoamericanos y europeos que prevén que el Presidente Maduro seguirá sólido en el poder, que el directorio del chavismo ha sido y seguirá siendo “resiliente” y que “las sanciones y la presión internacional pueden terminar fortaleciendo su régimen”. Estos eventos, según la publicación, hacen suponer la “urgencia” de la vía armada aunque esta concurra de manera “desordenada”.
Sobre provocaciones, el sacrificio de Guaidó y los pretextos para la guerra
La manufacturación de un consenso sobre una guerra en Venezuela se mantiene claramente condensada en la narrativa de que EEUU debe actuar agresivamente para “proteger” a los venezolanos de la “crisis humanitaria” y la “dictadura” del chavismo. Pero además de ello, la agenda estadounidense necesita eventos clave para legitimar esas intenciones.
Bloomberg señala textualmente al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, como un actor que apuesta a la política estadounidense de desestabilizar Venezuela «con la esperanza de que Maduro haga un movimiento que pueda justificar una acción estadounidense más agresiva”.
En esta hoja de ruta el uso instrumental de Guaidó es esencial. Bloomberg infiere que el arresto en Venezuela de Guaidó, por violar una orden del Tribunal Supremo de Justicia que prohibía su salida del país, era necesario como evento clave y que ahora la posición del “presidente interino” queda reducida para “mantener el impulso” de la escalada orquestada desde Washington. Pero esa posición es fundamentalmente política y a ella son susceptibles solo los seguidores de la oposición que no han sido invadidos por el desencanto.
Según el medio, acorde a sus fuentes, Juan Guaidó esperaba realizar una gira por varias capitales europeas durante esta semana, “pero los estadounidenses le dijeron que debía regresar a Venezuela para no perder el impulso que le quedaba”.
Este señalamiento es perfectamente congruente con la hipótesis de que el sacrificio de Juan Guaidó, mediante su encarcelamiento al regresar a Venezuela, estaba planteado por EEUU como una pieza más de su engranaje. Esperaban que fuera encarcelado para que tal evento funcionara como un componente vital de la agenda.
Esto hace suponer que Guaidó tiene ahora la obligación, por orden estadounidense, de provocar a las autoridades venezolanas para procurar su encarcelamiento. También está en la mesa como un alto factor de riesgo la propia integridad física de Juan Guaidó, pues autoridades venezolanas, incluyendo el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, han advertido que la vida de Guaidó corre peligro como mandadero a manos de sus amos, quienes podrían sacrificarlo por considerarlo más útil muerto que vivo.
La presencia de Guaidó, irrelevante en la estructura política y funcional de Venezuela, está desfasándose con cada día que pasa siendo reducida a una figura de mera agitación política. Todo esto al unísono de los tambores de la guerra tercerizada, que en palabras del embajador Samuel Moncada en el Consejo de Seguridad de la ONU, se estaría organizando en suelo colombiano para presentarse en Venezuela como una supuesta escisión de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en el pleno desarrollo de una guerra civil.
En un escenario pre-bélico y en el que EEUU no pretenda crear distensiones políticas, tal como ha sido apreciado hasta ahora, las posibilidades se incrementan desde y hacia varias direcciones.
Tras bastidores en el Consejo de Seguridad de la ONU
El medio también señala que en las cancillerías europeas campea la desconfianza a la política de la Casa Blanca hacia Venezuela y ello fue palpable en días recientes tras bastidores en la última sesión en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Subrayan que, según fuentes de la diplomacia, también anónimas, “en el Consejo de Seguridad, los aliados apoyaron la derrotada resolución de EEUU sobre Venezuela solo después de que se eliminara el lenguaje que podría haber servido para justificar una acción militar”.
En ese foro, la vocería venezolana a cargo de Samuel Moncada advirtió la estructuración de la vía armada de tipo irregular contra Venezuela, como una posibilidad cada vez más consistente frente al agotamiento y desgaste que están sufriendo los frentes no violentos de este nuevo intento de cambio de gobierno en Venezuela.
Redacción Lechuguinos – Bloomberg