Lula Da Silva exige una elección presidencial democrática donde participen todas las fuerzas políticas.
El líder brasileño, Luis Ignacio Lula Da Silva, quien se encuentra encarcelado desde abril, representa una propuesta de inclusión social.
“Soy candidato porque sé que puedo hacer que el país retome la vía de la democracia y del desarrollo para nuestro pueblo”, aseguró.
El expresidente lidera las encuestas de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre.
Aun cuando su condición de privación de libertad le impide postularse, Lula dice que no pierde el deseo de “devolver a los pobres y a los excluidos su dignidad, para garantizar sus derechos y darles la esperanza de una vida mejor”.
Asimismo, señaló que durante su presidencia Brasil presentó un crecimiento económico excepcional que logró sacar a más de 36 millones de personas de la miseria.
Por eso, Lula representa una esperanza para los brasileros que se ven sumidos en la pobreza debido a un gobierno impuesto por la elite carioca.
Luego del Golpe de Estado contra Dilma Rousseff, los números en Brasil no son para nada prometedores en materia económica y social.
La apertura de un programa neoliberal ha llevado a la nación al 13,1% de desempleo frente al 4,7% en diciembre del 2014.
«La pobreza ha aumentado, el hambre acecha y las puertas de la universidades vuelven a cerrarse para los hijos de la clase obrera, y Brasil se ha convertido en un patria de la política extranjera«.
El líder obrero concluyó que, “Como candidato a la presidencia, he prometido, he luchado y he cumplido mi promesa de que los brasileños tuvieran derecho a comer tres veces al día e ignoren el hambre que yo conocí de niño. Yo no he sometido mi país y sus riquezas a los intereses extranjeros”.
Redacción Lechuguinos