Frente Amplio-Guarimbas-Violencia
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Desde abril 2017, la MUD nuevamente demostró con las guarimbas que quiere instaurar un gobierno de derecha en Venezuela a través de la violencia, pues no tienen un plan para ganarse el apoyo de los venezolanos

A un año de cumplirse otro episodio de violencia y terror en las calles de Venezuela, promovida por la derecha, todavía existe el interés de un sector radical de la oposición venezolana en apostar a las guarimbas para salir por vías no democráticas del presidente Nicolás Maduro.

Las guarimbas fue el atajo de la entonces Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para acelerar las condiciones idóneas de las presiones internacionales que hoy pretenden doblegar al chavismo.

El extremismo tomó el control de las manifestaciones al punto de que la dirigencia de la MUD no se hizo responsable del centenar de personas fallecidas y miles de heridos, ni de los daños a bienes públicos y privados afectados durante los cuatro meses de guarimbas.

Al igual que el episodio de 2014, la oposición optó por métodos radicales para protestar contra el gobierno nacional, que iba desde armas de fabricación casera, donde varios de los mismos usuarios perdieron la vida; la irracionalidad de quemar personas solo por “parecer chavistas”, y el chantaje de los voceros de la MUD hacia personas necesitadas de dinero a quienes les pagaban por protestar, al punto de utilizar menores de edad para estos viles hechos.

Otro de los aspectos a destacar durante estos cuatro meses de terror para la población venezolana, fue el ataque a instituciones públicas como ministerios, sedes de la Defensoría del Pueblo, todo ante la mirada complaciente de la entonces fiscal Luisa Ortega Díaz; además, se atentó contra la moral de los funcionarios de seguridad, a quienes en muchas oportunidades y gracias a una maquiavélica maquinaria mediática, se les atribuyó la responsabilidad de la violencia ocurrida.

Esto fue el contexto ideal para que dizque expertos en política, nacionales y extranjeros, plantearan el escenario propicio para la activación de mecanismos internacionales de intervención, debido que aseguraban una supuesta ingobernabilidad en Venezuela.

Por todos estos actos, ninguno de los líderes de la derecha venezolana se responsabilizó, por el contrario, personeros como Julio Borges, Freddy Guevara, Marco Bozo, Miguel Pizzarro manifestaron que los jóvenes y demás personas que cometían actos de suma violencia, eran “infiltrados”, para después defenderles cuando las fuerzas de ley les aplicaban las medidas correspondientes a sus crímenes y llamarles “víctimas de la represión”.

En todo este tiempo, no ha pasado un día en el que esta nefasta oposición llame a la invasión, pues con eufemismos y la supuesta “crisis humanitaria” que -ellos aseguran- existe en Venezuela, pretenden hacerse con el poder, porque no les funcionó el plan desestabilizador de las guarimbas y como ha sido demostrado por ellos mismos, no tienen una propuesta política para Venezuela.

Redacción Lechuguinos